martes, 22 de diciembre de 2009

LOTERIA DE NAVIDAD




He llegado a ver los polvorones expuestos a finales del mes de octubre y luces y adornos de Navidad a mediados de Noviembre.
Debo ser un bicho raro porque para mí la Navidad comienza con el sorteo de la lotería, día en que, al menos este año, comienzan las vacaciones de los pequeños.
Y !cuánta ilusión! para muchos, antes de comenzar el sorteo, imaginando que puede tocarles la suerte y coger un buen pellizco.
Dicen que cada vez va a ser menos frecuente la imagen de estos bonitos décimos. Quizá sea por los motivos religiosos que suelen imprimirse junto a los números; y eso, claro puede dañar la sensibilidad de los no creyentes. No hay motivo para no aplicar en este caso la doctrina del mismísimo tribunal de derechos humanos ? de Estrasburgo, que ha condenado al Estado Italiano a pagar a Lautsi 5.000 euros por daños morales y que se mostró muy contenta con el fallo. Es como si le hubiese tocado la loteria, pero entonces ya no es Justicia.
Yo sin embargo creo que estos décimos tienen su encanto y seguro que !cuántas anecdotas! detras de ellos. Me contaba mi querido padre que estando tomando un aperitivo con un hermano suyo le ofreció un lotero muy espabilado seguro, insistentemente un décimo; mi tío le dio, medio en broma, un manotazo y manchó el billete, no se si con una gamba o con un langostino.
- ! Señor ahora me lo tiene que comprar, porque lo ha manchado!
Y !ese número tocó! no se si el gordo o uno de los buenos premios. Ese "pellizco" tan deseado.
No parece que mi número haya sido premiado este año; pero creo desde otro punto de vista que nos podemos sentir afortunados con cosas a las que no damos importancia por ignorancia o por soberbia. Son las otras loterias que nos tocan casi sin ser muy conscientes de ello.
Nacer en una familia que nos quiere. Ser españoles uno de los mejores (por lo menos hasta ahora) países en los que vivir, con su tradición y riqueza desde todos los puntos de vista. Compartir buenos momentos con los amigos. Poder trabajar dignamente. Soltar una buena carcajada a tiempo. Observar un buen cuadro que dialoga con nosotros. Beber un buen vino que nos espabila el paladar. Disfrutar de un libro que comunica dos almas. Saber que hay gente que te visita como vosotros o sencillamente escuchar una buena canción como ésta que te levanta el alma. Con la que os quiero, con permiso de su autor, felicitar la Navidad sólo cuando ha llegado de verdad, como si fuera un....