miércoles, 11 de febrero de 2015

UN AÑO DE AMIGOS DEL DESIERTO

Se suele decir, a medida que va pasando el tiempo, que un año no es relevante en la vida de las personas. Creo sin embargo que para los que hemos tenido la fortuna de conocer a Pablo D' Ors que nos ha dado la oportunidad de formar parte de este grupo de Amigos del Desierto, este último año ha sido vital en nuestras vidas. Cada uno de nosotros podrá dar testimonio de lo que ha supuesto comenzar con la nueva forma de vida que supone la meditación contemplativa cristiana. Creo que todos coincidiremos que ha supuesto el inicio de un camino para ser ni más ni menos que mejores personas, con nosotros mismos, y sobre todo con los demás, proyectando lo que somos en aquellos que nos rodean, sobre todo de las personas que tenemos cerca, de nuestros familiares y amigos. Hace pocos días, en la misa por un amigo ausente, el sacerdote, nos dio al finalizar unas reflexiones sobre el amor y la amistad. Los dos pilares básicos de la existencia. Y entre ellas he elegido ésta que comparto hoy con vosotros. “No hay amor ni amistad puramente estériles. Estos dos sentimientos no pueden permanecer permanentemente ociosos: obran o no existen”. Que nuestra permanencia en este grupo de Amigos del Desierto, produzcan en nosotros la transformación necesaria para que amemos más y mejor, y en definitiva que podamos dignamente hasta el final de nuestras vidas cumplir con el primer mandamiento que nos dio nuestro Señor Jesucristo con su ejemplo. Que nos amemos los unos a los otros como El nos amó. Que así sea