Era un día muy señalado en mi casa, porque celebrábamos el cumpleaños y santo de mi padre y el mío.
Poco importaba que no me felicitasen ese día, ya que normalmente se identifica San Ignacio como el de Loyola, más conocido en nuestra tradición católica cristiana.
Sin embargo al parecer fue San Ignacio de Antioquía, tercer obispo de esta ciudad, el que primero llamó a la Iglesia "católica".
Rememoro hoy como tantas otras veces a aquél que en unión a mi madre me dio la vida.
La fecha del santoral hoy aparece dividida entre esta fecha y la del 17 de octubre, por eso creo que debo ser de los pocos, si no el único, que celebra, llamándose Ignacio, su santo.
Condenado a muerte durante su traslado a Roma desde Siria, dejó escritas sus cartas como testimonio de su compromiso, sufrimiento, y en definitiva de su Fe.
Os dejo este otro enlace como muestra de algunas de las manifestaciones artísticas que su figura ha generado, gracias a este magnífico blog.
Desde este santoral en cierto modo solitario mi oración al Santo y a mi querido padre ya que quizá más que orar por los seres queridos que han fallecido, deberíamos tenerles ya en gloriosa santidad. Espero que así sea.