martes, 24 de febrero de 2009

JUNTAS

Evocaba Manuel Halcón el sentimiento paternal de Adriano para con los suyos, en su preciosa necrológica "ADRIANO Y EL SATELITE" publicada en la revista Semana el 8 de octubre de 1957, pocos días después de fallecer su querido amigo. (1)

Comenzaba su homenaje reproduciendo una anécdota con la que finaliza el libro entonces recién publicado de Pedro Raida (2) y que es recogida como punto y final de su semblanza.

" Le acaba de llamar por teléfono un viejo amigo con el cual no se veía-ni de él tuviese noticia- la friolera de veinte años. Se le da a conocer jubiloso y con honda emoción. "!Hola!", le prorrumpe escuetamente Adriano. El amigo busca trascender más en el ánimo de su admirado poeta. Le corresponde entonces Adriano preguntándole lo primero, apasionado, urgentemente: "¿Sabes tú ya que soy padre de siete hijos?".

Halcón ya con palabras propias continúa " Quería que se le conociese por ello, por su condición de padre de siete hijos...".

"No les deja fortuna ni miserias. Todo fue normal en la vida de Adriano. En los comienzos luchó, con mérito extraordinario, por ahuyentar la escasez. Princesas parecen sus hijas por su porte y ademanes. Para él fueron princesas regidas por su optimismo y por su ternura infinita. Son demasiado fuertes sus versos para inspirar ternura; pero reflejo de su ternura son esas manos blancas tejiéndole ahora los laureles del dolor".

Una de esas princesas, Blanca, que estuvo en vida muy unida con mi madre, falleció la tarde del lunes pasado.
Dudaba yo si anunciarles la triste noticia cuando desayunaba, al siguiente, con mis hijos. Finalmente les dije que la tía Blanquita, hermana de la abuela Lola, se había ido al cielo.

Nacho idealista con voz inquietante me preguntó:
- ¿Papá y viste como se iba?
La respuesta vino inmediatamente de Almudena, la práctica:
- Nacho, al cielo sólo se van las almas.
Y Cristina abriendo sus ojos azules concluyó:
- Y allí estará con Jesús

Ahora deseo una vez más que tuviera razón un buen amigo que tiene escrito que " la palabra de un niño es tal vez la más pura expresión de la verdad".

El miércoles de ceniza, en el entierro, recé para que sus dos almas volvieran a estar juntas disfrutando como aquélla tarde del 17 de diciembre del ya lejano año de 1954, pero con el velo de la eternidad. Que así sea.
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(1) Revista Semana. Número 920. Reproducida en Caracola.Revista Malagueña de Poesía, números 72-73-74 Octubre Noviembre Diciembre 1958. Y en Adriano del Valle Antología (1895-1957) Comunidad de Madrid.
(2) PEDRO RAIDA. SEMBLANZA DEL POETA ADRIANO DEL VALLE. Madrid. Gráficas Urguina. Abril de 1957.

martes, 17 de febrero de 2009

DIAMANTE VISUAL




Pocas veces los recuerdos de la infancia y juventud se han llevado al cine de forma tan definitiva como lo hizo Giuseppe Tornatore en su famosa película.
Una mirada atrás a la vida que fue; a los primeros sueños, a los primeros juegos, a nuestro primer amor pero sobre todo, a la persona que nunca podremos olvidar, porque nos enseñó todo.
No puedo acertar a decir cuál es mi libro favorito. Pero pocas cosas en la vida tengo tan claras como cuál es mi película.
El destino quiso que fuera la última que vimos mi padre y yo, juntos, mientras compartíamos nuestra última cena.
Es como un último eslabón que me une con El.


En esta reseña, que nos recuerda que el carácter autobiográfico del filme, se ha calificado esta obra como diamante visual. Poniéndole la guinda creo que se trata de un diamante audiovisual, debido al toque magistral del genio de Ennio Morricone. Este enlace del Poder de la Palabra que acabo de descubrir os ayudará a conocerle mejor.

Curiosamente en el mismo momento en que mi Padre se marchó de esta vida, me encontraba yo con mi mujer, una prima y una amiga de Sicilia, llamada.... Giusepina.

Aquélla noche cambió definitivamente mi vida.

lunes, 2 de febrero de 2009

"CAMINO" DE JAVIER FESSER. LA REALIDAD Y EL ARTE




Javier Fesser, antes de la noche de ayer, era un brillante director de cine español. Pero después del triunfo suyo y de su equipo, se puede decir que ya forma parte de su historia. Su película ha obtenido nada menos que seis "goyas" en las categorías más relevantes, entre ellas mejor director.

He de confesaros que no he visto la película, pero su éxito y el aprecio que tengo a su creador me mueve a renovar mi blog con su nombre. Os pido perdón por esta pequeña osadía; pero quizá pase más tiempo del que desearía antes de verla.

Parece que fue ayer cuando acudíamos juntos a clase durante dos cursos de BUP; siempre nos unirá algo más que habernos educado en el mismo Colegio del Pilar del que ya os he hablado en alguna otra ocasión cuando recordaba mis nueve años.

No os puedo dar mi opinión sobre su película, sino simplemente mi reflexión sobre la polémica que ha suscitado. La película, además de otras muchas cosas de las que se pueda hablar como obra de arte en sí misma, es una visión de su creador sobre la institución del Opus Dei, que se ha manifestado en contra de la imagen que pretende transmitir. También los hermanos de la niña de cuya vida es referente la película se han mostrado dolidos por algunas de las escenas al incluir su autor la dedicatoria final. No se cuál sería nuestra reacción en casos similares.

Como sabréis el argumento de la película tiene su eje fundamental en los últimos meses de vida de la niña Alexia González Barrios, cuyos padres pertenecían a aquella institución y cuyo sufrimiento dió lugar a su proceso de beatificación.

Fesser insiste en que su película no está basada únicamente en la vida de la niña. Al recibir el premio indicó que su idea nació al leer un libro de una teresiana, cuyo nombre no reveló pero podemos presumir que se refiere al de Maria Victoria Molins.Imagino que la sensación después de leer el libro será distinta a la que se tiene después de ver la película, más alla de los distintos medios de expresión que la provocan.

La valentía de Javier como guionista y director está fuera de toda duda; conociéndole como compañero y leyendo sus declaraciones, creo que su buena fe al hacerla, también. Pero el resultado es lo que puede ofrecer no una, sino muchas reflexiones.

Os digo esto, e insisto una vez más, sin haberla visto; pero sí después de haber leído opiniones a favor y en contra. Javier Fesser más allá de su talento, indiscutible, ha logrado revitalizar el debate sobre la manera de entender la Religión en general y sobre el Opus Dei en particular. Quizá le haya sido, como humano, imposible situarse en medio, como la Diosa de la Justicia, sujetando la balanza entre los agnósticos y los miembros y simpatizantes de lo que llaman La Obra. En cualquier caso la suya nos invita como digo a reflexionar sobre esto y sobre mucho más.

Por ejemplo sobre los límites que tiene el autor de una película o de un libro cuando su historia está basada en un hecho real, como la vida de aquella pobre niña que inició su viaje eterno cuando apenas comenzaba a descubrir el mundo y también el amor, que es según Fesser, otro de los grandes temas de los que trata su Camino. Cuando vemos la cara de la novel actriz Nerea Camacho no nos cabe duda de ello.

Pero quizá los familiares y amigos de aquella otra niña llamada Alexia, lejos de cualquier fanatismo, al que también apunta la película, puedan sentirse dolidos en lo más profundo de su corazón, al comprobar que se han podido introducir escenas que pareciendo reales, muy poco han tenido que ver con lo que realmente pasó. Y ni el arte como valor, ni las explicaciones del autor de la obra de lo que pretendió al hacerla, seguramente les sirva de consuelo.

El único camino posible hacia la libertad es la verdad, como os recuerdo que leía grabado en piedra, bajo las escaleras principales de ese noble edificio de la calle Castelló de este Madrid de nuevo frío y lluvioso. Y la verdad al menos en los grandes enigmas no podemos encontrarla aquí pero si tenerla como referencia en nuestras vidas. Parece que esa fue la intención del que pasara tantas veces como lo hicimos nosotros bajo ese lema.

Me pregunto si esa pobre niña que tanto padeció en esta vida, habrá por fin encontrado la auténtica Verdad y la Paz después de tanto sufrimiento; y de si sus padres por fin la habrán podido volver a abrazar. Creo que eso es lo que desearíamos todos incluso sin haber visto esta película.

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