------------------------------------ Foto: Alfredo Merino. El Mundo.es "Dios está allí, otros estamos aquí y los pobres están en medio" (1)
Quizá no hayamos reparado mucho en la noticia del fallecimiento de este gran hombre. Las noticias hablan de humanista, cooperante, altruista...se me antojan insuficientes para valorar todo lo que ha significado Vicente Ferrer que tuvo inicialmente una vocación religiosa.
Dice Marañón en su ensayo Vocación y Etica (2), que la vocación es la voz interior, que nos llama hacia la profesión y el ejercicio de una determinada actividad, es algo muy parecido al amor, una pasión de amor, como nos recuerda que dijera Pierre Termier. Y eso es así por la exclusividad del objeto amado y el desinterés absoluto en servirlo, lo que distinguiría el amor del "querer" que denota un grado de posesión y de pasión interesada. El amor quiere servir al objeto amado y no quererlo para sí, para poseerle. Y pone como el más alto ejemplo el amor a Dios al que se ama pero no se quiere.
Continuamos leyendo este pequeño gran ensayo pensado para explicar la vocación médica, pero que es mucho más; leemos que entre todas las vocaciones resalta la vocación religiosa y que cuando decimos que un hombre o mujer "tiene vocación" sin más, se entiende que aspira a tener una vida religiosa. Pone como ejemplos de imperioso llamamiento la vocación del artista, la del hombre de ciencia y la del maestro, pero se alejan de la vocación religiosa pura porque ésta no aspira a ningún premio humano no ya material sino a los de más elevada categoría o la la gloria en palabras del médico madrileño.
Sin embargo continúa explicando que la diferencia esencial entre estas vocaciones y la religiosa es otra: para descubrir, escribir o para enseñar hay que tener aptitud que es lo que además relaciona las altas y puras vocaciones con otras de menor categoría, las del oficio, que se basan en una aptitud manual. Pero en cambio en la vocación religiosa no se requiere aptitud especial, se necesita sólo amor pura exclusividad del objeto y puro sacrificio.
Si nos fijamos en la trayectoria de este gran hombre, del
dios blanco, como ha sido llamado, imagino que Marañón no consideraría su caso como de vocación religiosa, sino como algo más. Soy incapaz de acertar. Teniendo en cuenta además que fue expulsado de la Compañía de Jesús y poco después con Anna en 1969 creó RDT (Rural Development Trust o Consorcio para el Desarrollo Rural), "el instrumento mágico con el que se puso en marcha la mayor transformación que se recuerda en un estado indio a manos de una organización no gubernamental… y en 1996 vio la luz la
Fundación Vicente Ferrer (FVF)".Las crónicas dicen que al entierro acudieron más de cien mil personas; su hijo Moncho pronunció estas bellas palabras "No sólo yo he perdido el padre, sino todos los que estáis aquí también. No sé si tengo que estar triste o feliz... Estoy triste por la pérdida de mi padre pero a la vez estoy feliz porque he visto lo que la gente le quería, después de 40 años de trabajo".
Es por esto por lo que su padre tiene y un lugar preferente en el altar de los hombre inmortales.
Su hija Yamuna, que no tuvo fuerzas para acudir al sepelio, según leo, se despidió con una carta pegada al cristal de la caja en la que reposó su padre hasta el entierro y que comenzaba así "A mi querido papá,Eres el más grande de los seres humanos que he conocido y el padre más maravilloso. Te quiero. Echo desesperadamente de menos tu presencia. Pero estás en mi corazón, en cada suspiro que tomo y en cada uno de los pensamientos que tengo.No sé cómo puedo empezar a describir el gran hombre que eres. Eres pura bondad. Simplicidad. Amor. Fuerza inagotable. Compasión. Acción. Amabilidad. Belleza. Alegría. La gracia de Dios. Y por último y no por ello menos importante, divertido. ¡Qué fantástico y único sentido del humor!..."
Es por eso por lo que José María Izquierdo dejó escrito aquello de que "el dolor diamantiza los recuerdos".
Parece que la foto que ilustra este sencillo homenaje a Vicente Ferrer nos invita a entrar a formar parte del umbral de la ayuda humanitaria de la que El, ha sido y es, el mejor ejemplo.
De momento podemos poner nuestro átomo de luz.
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(1) Dedicatoria de Vicente Ferrer improvisada en una firma de sus libros y traía en su discurso de investidura como doctor honoris causa por la Universidad Politecnica de Valencia el 6 de octubre de 2.006 y del que os dejo el enlace
(2) Vocación y Etica y Otros Ensayos. Colección Austral 661. Madrid 1946
Os dejo este interesante enlace como principal fuente de información.