jueves, 5 de abril de 2012

WATERMAN LE MAN 100 MADERA DE CEDRO






Vuelvo a tener en mis manos después de mucho tiempo una estilográfica de mi querido padre.¡Como le hubiera gustado volver a sentir su trazo en el papel! Porque El decia que el trazo de una pluma, la presión dan a la escritura su autenticidad, su impronta. Y ahora lo compruebo a medida que la uso.



Es un placer escribir con esta Waterman. Uno de esos pequeños lujos de la vida. Su plumín con punto fino es una obra de arte; me gusta su grosor, su longitud y el tacto de la madera de cedro con la que esta hecha y que la hace muy peculiar.


Parece como dependiendo de la inclinación , de la presión y del ritmo, la letra fuera distinta. Lo que hace que mantenerla uniforme requiera cierta atención.



Pienso ahora en la firma de mi padre. Sobria, segura y elegante;guinda final de sus escritos.



Ahora al escribir yo con una de sus plumas le recuerdo una vez mas.

2 comentarios:

Mery dijo...

A un padre se le recuerda por todo, sea su pluma, un día de sol, o de lluvia, o tal palabra...
Ahora bien, qué bonito tener en tu mano esa pluma que acarició la suya.
Yo recuerdo tomar apuntes durante toda la carrera con pluma recargable. Ahora nunca la uso; me ha entrado el gusanillo la leerte...

Un beso

ONDA dijo...

Pues nada Mary es muy sencillo. Limpiala dejando las piezas en agua templada cargala y escribe con ella tu próxima entrada y leeremos el resultado. Date el lujo. Y dime que marca y modelo que me has dejado con el gusanillo de saberlo