viernes, 26 de febrero de 2010

26 de febrero de 2.002


Creo que también era un día soleado como el de hoy. No lo recuerdo bien porque los días que marcan una vida no dejan una impresión en nuestro cuerpo sino en nuestra alma.

No sé cómo aquel día al levantarme acerté a anudar me la corbata la misma corbata que llevo hoy, una corbata alegre, de lana naranja, creo que me dio suerte, aunque esto sólo no se quién, lo sabe.

Era por una parte el final de una larga espera, pero por otra parte el comienzo de una nueva vida. Como siempre las dos caras de una misma moneda que no se oponen sino que se complementan formando un todo, en este caso mi vida.

No estaba nervioso, estaba sencillamente expectante, y habiendo asimilado que no podía hacer nada, simplemente esperar a que “todo saliera bien”.

Como siempre la historia se remontaba meses antes cuando supe la noticia que me impactó tanto que no supe cómo reaccionar, ante lo desconocido, ante algo que se salía del guión. Alguien me enseño en aquella otra ocasión que no debemos ponernos en lo peor aunque no sepamos en principio cómo hacerlo.

Pasaron los meses y me encontraba, aunque acompañado, anímicamente sólo.

No se con cuanta antelación llegué al Hospital, o si había dormido allí, creo que no.

Me viene a la memoria la imagen en la que se aleja la camilla, con mi mujer acostada, con una mirada que lo decía todo. Maternidad. Y su Padre, junto a ella, acompañándola en lo que fue según le dijo a ella después, “el momento más feliz de su vida”.

Pasado un buen rato, sin saber lo que había pasado al otro lado, sin apenas poder reaccionar entre un momento y otro, fueron apareciendo una detrás de otra tres incubadoras, creo que en alguno de esos momentos nuestra querida doctora me dijo algo así como que una de aquellas criaturas era igual que su padre. Dios la bendiga por todo lo que hizo por nosotros.

Y en cada una de ellas, como el mayor de los tesoros, se cobijaban mis hijos absolutamente indefensos, pero a la vez como algo muy precioso y delicado.

Así es como lo recuerdo ahora ocho años después.

-------------------------------------------------------------------------------------------------



El único amor perfecto, el único amor puro y desinteresado, es el del padre hacia sus hijos. El padre es capaz de hacer por el hijo lo que no haría por ninguna otra persona. El hijo es obra suya, carne de su carne, sangre de su sangre; es una parte de él, que le ha ido creciendo al lado, día a día; es una continuación, un perfeccionamiento, un complemento de su propio ser; el viejo revive en el joven; el pasado se contempla en el futuro; el que ha vivido se sacrifica por el que tiene que vivir; el padre vive para el hijo, se goza con el hijo, se vuelve a ver y se exalta en el hijo.



Giovanni Papini.
Historia de Cristo Storia di Cristo 1921. Paternidad (fragmento).


7 comentarios:

Mery dijo...

Me ha parecido una entrada de lo mas delicada y optimista.
Y la cifra es tan redonda que sorprende: 22-02-2002
Te felicito por esos tres frutos.
Un abrazo

ONDA dijo...

Querida Mery:

Tan redonda era la fecha como errónea. No sé porqué pero me bailaron los números.

Realmente nacieron justo ocho años antes de publicarse la entrada.

Te agradezco mucho tu felicitacion

Cristina dijo...

felicidades por triplicado, ONDA, pero sobre todo para tu mujer, que fue la verdadera "sufridora". Yo tuve dos de golpe dos años justo después del primero, el 30 de abril del 2000, así que casi casi llevamos paternidades paralelas. Ahora es un placer verlos jugar y crecer, pero entonces, todo era por triplicado, hasta tu cansancio.

ONDA dijo...

Querida Cristina:

Tienes toda la razón las madres sois las que tenéis todo el mérito y en los casos de partos múltiples con mayor motivo.

Mi mujer estuvo incluso al principio trabajando y los últimos días se movía en una silla de ruedas de oficina.

Lo peor en mi caso fue la información que nos dieron al principio pero en cuanto nos pusimos en manos de los médicos de la Paz, todo cambió y siempre nos inyectaron dosis de optimismo.

Ese verano mio sin el apoyo de mis padres cuando nos dieron la noticia del embarazo triple fue para mí muy dificil.

Te agradezco mucho tus palabras y las correspondo.

Lo del cansacio....creo que todavía me dura....

Un abrazo

Alfaraz dijo...

Bonita evocación, amigo Onda.

Claro que todo se multiplica por tu especial circunstancia. Alegrías por triplicado; biberones por triplicado... comuniones por triplicado.
Y qué me dices de cuándo todos se ponen a preguntar a la vez.

Saludos


.

ONDA dijo...

Muy estimado Alfaraz se agradece tu felicitación, lo de la comunión conjunta de momento creo que si y lo de la boda conjunta ...espero que también....

Francisco Martinez Valencia dijo...

Buenos dias, le escribo desde la abeja Cristina, sevillanos ilustres. Si que nos gustaria tener una reseña de las obras de su abuelo.La direccion de correos es luiscuentos@gmail.com
Esta cuenta pertenece al administrador del blog Luis Rodriguez.
En cuanto recibamos noticias suyas si lo desea lo pondré en contacto con el escritor de sevillanos ilustres.
Saludos y muchas gracias por su comentario en la abeja Cristina.